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Impresionante por sus formaciones rocosas, exuberante vegetación y sobre todo los testigos de una actividad agrícola de subsistencia intensa y escariador. Ahí se encuentran las ruinas de Las Casas de La Negra, un pago hoy abandonado por su lejanía a cualquier carretera. Más abajo en el fondo del barranco se aprecia los llanos de cultivo de antes, a donde la gente de Los Almácigos y Arguayoda se dirigía para cultivar papas, hortalizas y frutales. Por ahí cerca, en las laderas del colindante Barranco de los Cinco Palmas encontramos también el Cejo de Tamonerque, una cueva muy destacada probablemente habitada en tiempos de los antiguos gomeros. Ya llegando al barrio de Arguayoda, con solo 33 habitantes (según el censo del año 2022), nos encontramos con la pequeña ermita de San Sebastián, Santa Beatriz y la Virgen del Valle cuya fiesta se viene celebrando el primer sábado de mayo.